En la vida diaria, casi siempre no nos percatamos de que generalmente cometemos faltas, estas faltas son pecados que ofenden a Dios, al Creador del cielo y la tierra, que creo todo para nosotros, El jamás se deja ganar en generosidad por su gran bondad, nos ama y complace, espera un corazón abierto y arrepentido, el hecho de reconocer nuestras faltas, ya es una gran ganancia, ya que identificamos con qué y por qué pecamos.
Para saber si fallamos, con tal solo repasar los diez (10) mandamientos que nos dejó Jesús y entender que significa cada uno de ellos, podemos saber si hemos cometido errores. Nos pide tan solo que cumplamos en resumen, dos mandamientos, amar a Dios con toda tu fuerza con todo tu corazón con toda tu alma y amar al prójimo como a ti mismo.
Que quiere el Señor con esto, simplemente una palabra el “bien”, como hacemos ese bien, con tan solo un sentimiento “el amor”. Que diferente sería el mundo si no existieran las cosas malas, piensa si todos cumplieran los mandamientos, nadie mataría, ni robaría, ni haría daño a otro, que mundo seria, si no existiese la mentira el egoísmo, la envidia el rencor, el poder….pues el de Dios, donde todos se quieren, se ayudan.
La persona que se mantiene unida a Cristo, casi siempre se da cuenta donde falla, una falta de caridad, una ofensa a un hermano, cualquier detalle, que inmediatamente sabe que pecó. Y para mantenernos en gracia, se recomienda ir a confesar nuestros pecados. A través del acto de contrición podemos pedir perdón, con el arrepentimiento previo y con la disposición a tratar de no volver a pecar, para no ofender a Dios, sin embargo por la misericordia de Jesús, el mismo nos levanta en las caídas.
Por eso es bueno mantenerse en sano juicio, ya que siempre hay tentaciones, el más apropiado para llevarte al bien, es ir hablar con Dios, a contarle todos tus problemas, siempre te espera en el Santísimo, muchos se olvidan que allí está presente esperándonos para llenarnos de su gracia, para calmarnos de nuestras desesperanzas, de nuestros problemas difíciles, con El todo cambia, ya vamos dirigido hacia el camino correcto, contando con su poder, nos aleja del mal, lo vence y nos da vida y vida en abundancia
Acto de contrición
Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.Amén
Recomendaciones
Para hacer un arrepentimiento sincero y profundo, Jesucristo nos espera con los brazos abiertos, Él es el Rey de la Misericordia infinita
Solo pensar lo que sufrió nuestro señor, para salvarnos y darnos vida eterna, como no vamos a superar cualquier situación por difícil que parezca, la gracia abundantemente de Dios, nos baña limpia, nos lava, nos permite dejar a ese hombre viejo, el que cometió faltas y pecados.
Por un hombre nuevo, que está presto a seguir los mandamientos, en hacer el bien, a no ofender, sino llevar el amor y la paz del Jesús, imitando a nuestro Redentor que es manso, humilde y lento para la cólera, deja todo en Manos del Señor, vamos hacia adelante con la fe, esperanza y amor puesta en Dios, por el camino del bien y la santidad.